El Conejo de Sotero
PRIMEROS CONEJOS QUE LLEGARON A AMÉRICA:
La llegada del europeo al continente americano ocurrió cuando reinaban en la recién formada España por la agregación de varios Reinos, los reyes católicos Fernando e Isabel, (bisabuelos de Felipe II). Ellos atendieron las peticiones del Almirante Cristóbal Colón de llevar en su segundo viaje, tanto vegetales, granos y animales al Nuevo Mundo para que sirvieran de alimento a los colonizadores. Los Reyes Católicos así lo aceptaron, de manera que según consta en el Archivo de Indias, estando en Barcelona el 23 de Mayo de 1493, autorizaron el número de animales, y especias. Así en Octubre del mismo año, y dentro las 17 carabelas destinadas embarcaron: «cuatro becerras y dos becerros, lanas, cien puercos, de los que ochenta son marranas y varios verracos, doscientas gallinas, con gallos, seis yeguas, cuatro asnos y dos asnas, y conejos vivos …» El primer punto de desembarco fue en la isla “Isabela”, donde llegaron el 5 de noviembre de 1493. Desde allí se difundieron los varios animales hacia otras islas, y luego, en siguientes viajes a todo lugar que iban colonizando del continente, junto con los nuevos envíos. Conocemos, por tanto y con todo detalle, el lugar y la fecha de entrada de los primeros conejos en América. En el tercer viaje, aún: “llevaron más animales, granos de cereales y legumbres, y plantuelas varias”. Les dio unas instrucciones precisas sobre las cantidades, la propia Reina Isabel. Por lo cual, en el tercer viaje transportaron otra tanda de los mismos animales, igual que en el segundo viaje, a los que añadieron las «primeras vacas adultas»
En Mesoamérica, los únicos animales domésticos que venían consumiendo los pueblos indígenas, eran los pavos (las dos especies originarias de la zona), una especie de patos, unas razas de perros, y algunas veces practicaban canibalismo sobre sus enemigos. Aparte eran cazadores y pescadores y buenos recolectores, lo que les proporcionaba una dieta más variada que la de los europeos de la misma época. El cronista Bernal Díaz del Castillo en su “Historia verdadera de la conquista de la Nueva España” dá cuenta de las comidas, tanto de la mesa del pueblo llano, como la de los nobles, destacando con lujo de detalles protocolarios, la mesa del emperador Motecuzhoma II, comentando que gustaba de comer conejo asado y en cazuela (de las varias especies de sylvilagus). Fray Toribio de Benavente comenta en sus crónicas “Relaciones de la Nueva España”, que los indios mejicanos cazaban conejos y liebres, que eran muy abundantes en todo México, y los ofrecían en sacrificios a los dioses. Consumían con frecuencia su carne de variada forma, desde fresco, o normalmente cocida con diversas salsas y especias como el cacao y la guindilla (chiles) , y también en forma de tasajo, desecándola al sol, para conservarla.
Fray Bernardino de Sahagún apunta en el párrapho quinto de su Historia General de las Cosas de la Nueva España que “La liebre tiene largos miembros y bien hechos, y pelos roxos. La carne es comestible… El conejo es casi como la liebre, un poco menor. Es comestible: tiene la carne sabrosa”. Eran cazados entre los magueyales pulqueros para poder comer el oyuelo del raspado y beber el aguamiel.
México es el país más rico del Continente Americano en diversidad de lagomórfos, ya que posee 14 especies diferentes de conejos y liebres. Contamos con nueve diferentes especies de conejos, ocho del género Sylvilagus y una más como Romerolagus, más cinco diferentes tipos de liebres del género Lepus. La mayoría de estos conejos y liebres (ocho en total) son endémicos o exclusivos de nuestro país, y se restringen a zonas muy pequeñas; algunas especies como la liebre de Tehuantepec raramente son cazadas debido a que estás especies son muy ariscas y a que su carne no es tan buena como la de otras especies. El conejo montés o mexicano (Sylvilagus cuntcularlus) y de la liebre torda (Lepus caüotfs), son los de mayor distribución dentro del territorio nacional.
Los conejos y liebres de México tienen una enorme importancia ecológica ya que junto con los roedores representan el alimento de otros animales del reino animal como coyotes, comadrejas, cacomiztles, linces, halcones, águilas, búhos y algunas serpientes. La alimentación de conejos y liebres incluye pastos, hierbas, arbustos y algunas partes de los árboles, ocasionando cambios importantes en las plantas y permitiendo el control y desarrollo de las poblaciones vegetales y arbóreas. También contribuyen a la dispersión de varias especies de plantas ya que pueden consumir sus semillas en un lugar y defecarlas en un sitio diferente. Son también fuente de alimento para los habitantes del sector rural, generando ingresos por la obtención de permisos de cacería, cría y consumo. En México se aprovechan, dentro de los mamíferos, más conejos y liebres para comer que cualquier otro tipo de animal de caza.
En Sotero el Conejo lo traemos del municipio de Tulancingo, Se cría con una alimentación mixta de granos, pastos y piensos, hasta que pesan entre 1.5 y 2 kgs. Llegado su tiempo son confitados durante seis horas en manteca de cerdo hasta que su carne queda hecha y se deshebra evitando los huesos en la comida. Se sirve con salsa una de xoconoztle, jitomate y nopalitos, guardando exquisitas notas acidas al plato. Puede maridarlo con un vino tinto Albarolo, de cuerpo graso y para comidas de sabores medio-fuertes, o una cerveza Aria-Witbier (Concordia) o una Jaguar –Pale Ale (Hacienda) para disfrutar mejor su sabor.
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